miércoles, 22 de abril de 2015

**El camino hacia la felicidad**



Me desperté recordando mi infancia… a mis padres y amigos… familiares queridos.

Algunos recuerdos me trajeron nostalgia, otros llegaron a hacer saltar mis lágrimas. Pensé en los que siguen estando en mi vida y los que ya no.
Recordé tantas cosas y me dije a mi misma.
Eso ya no está, se fue, no existe más.
¿Por qué remover y angustiarme por algo que ya no puedo cambiar?
Trataré de no volver a recordar el pasado, y si lo hago, será para revivir las cosas bellas, o solo lo que aprendí de los momentos amargos.
Al acostarme esa noche, pensé en lo que iba a ser mi vida… en el futuro.
Todos los planes que para ella tengo. Cristalizar mis deseos… mis sueños.
Pero me llené de incertidumbre, de temores.
¿ Qué haría si algún proyecto no sale de la forma que deseo?
¿ Qué pasaría si esa persona especial ya no estuviera mas?
Allí, hice una pausa, aquieté mis pensamientos.
Sentí una voz interna que decía:
Hoy es el futuro de tu ayer… el pasado de mañana.
Allí mismo comprendí que me estaba perdiendo el ahora… este instante único e irrepetible, que no podía disfrutar por remover mi pasado y tratar de ver lo que sería mi futuro.

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